Ante la pregunta que le hicieron a Barkley en un congreso sobre que es lo que pesa más en el TDAH lo ambiental o lo orgánico, respondió: 100% orgánico, 100% ambiental.
La inhibición deteriorada de la respuesta, la falta de control del impulso o la incapacidad para retrasar la gratificación. Esto se observa a menudo en la inhabilidad de los individuos para parar y pensar antes de actuar; para esperar su turno en los juegos, conversando con otros o teniendo que esperar en la fila; para interrumpir la respuesta rápidamente cuando llega a ser evidente que sus acciones no son eficaces; para resistir distracciones mientras se concentra en el trabajo; para trabajar para recompensas más grandes, a más largo plazo, más que optar por las más pequeñas, más inmediatas; e inhibir la reacción dominante o inmediata a un acontecimiento, tal y como la situación puede exigir.
Actividad excesiva o actividad que no se regula en función de las demandas de una situación. Los niños con TDAH, en muchos casos, se observa que son excesivamente nerviosos, agitados. Exhiben un movimiento excesivo no requerido para realizar y terminar una tarea, tal como culebrear sus pies y piernas, golpean cosas ligeramente, oscilan mientras están sentados, cambian de postura o posición mientras realizan tareas relativamente aburridas. Niños más pequeños con TDAH pueden demostrar el movimiento excesivo, subiendo, bajando, corriendo y otras actividades motoras gruesas. Mientras que esto tiende para disminuir con la edad, incluso los adolescentes con TDAH son más agitados y nerviosos que sus iguales. En adultos con el trastorno, esta agitación puede ser más subjetiva más interior que exterior, menos observable, aunque en algunos adultos sigue existiendo una actividad exterior y buscan siempre estar ocupados o haciendo algo para no sentarse.
Pobre Atención sostenida.
El TDAH interfiere en la persistencia, en la capacidad para persistir en una
tarea el tiempo necesario para terminar la tarea. Son fáciles de distraer. Este
problema se presenta a menudo cuando se asignan al niño una tarea aburrida,
prolongada, o actividades repetitivas que carecen de interés para el niño. No
pueden a menudo demostrar el mismo nivel de persistencia, motivación, y
esfuerzo que otras de su edad en tareas poco interesantes aunque sean
importantes y que deben ser realizadas. Hablan a menudo al realizar tales
tareas y por lo tanto cambian de de una actividad a otra sin terminar ninguna
de estas actividades. La pérdida de concentración durante el trabajo aburrido o
tareas prolongadas es normal, al igual que una inhabilidad de volver a su tarea
después de una interrupción. Así, se distraen fácilmente durante los períodos
en que la concentración es importante para la tarea actual. Pueden también
tener problemas para terminar tareas rutinarias sin la supervisión directa, no
pudiendo permanecer en la tarea y no poder llevar a cabo un trabajo
independiente.
Éstas son las tres áreas de dificultad
más comunes asociadas al TDAH.
Sin embargo, las investigaciones realizadas por Russell Barkley están sugiriendo que las personas con TDAH, particularmente, el subtipo combinado pueden también tener dificultades en las áreas siguientes:
La inhibición es la capacidad de alterar la idea de
responder a los eventos, nos permite parar y pensar, es el mecanismo que nos
permite parar y pensar antes de actuar, analizar las consecuencias y en función
de éstas planificar y organizar nuestra conducta para que sea adecuada a los
fines y objetivos que nos proponemos.
Cualquier acción que diriges hacia ti mismo para cambiar tu comportamiento.
Objetivo: cambiar uno mismo y mejorar las consecuencias del futuro. Pudiendo de
esta forma anticipar y prepararse para los acontecimientos futuros.
Podemos diferenciar información y estímulos importantes en una situación determinada de otros que en esa situación son irrelevantes y en ese momento poder descartarlos o demorarlos por muy gratificantes que sean, debido a que a nuestra Memoria de Trabajo llega la información necesaria para analizar esos estímulos, analizar las consecuencias, planificar y organizar la conducta para decidir que es lo que puedo hacer y lo que no puedo hacer en este momento y lo que tengo que dejar para más tarde.
La Memoria de Trabajo es la capacidad de traer y mantener la
información importante en tu mente sobre lo que vas a hacer, recordar lo que
tenemos que hacer ahora y a medio, largo plazo, y así poder dirigir y organizar
nuestras acciones y actividades ahora y más adelante, y no perder la pista de
los objetivos y metas, es parte de nuestro sistema ejecutivo.
El TDAH no puede hacer eso. El TDAH supone una incapacidad para hacer esto, el
TDAH no puede parar, porque no recupera la información necesaria en tiempo real
cuando la necesita para poder analizar, planificar y organizar su conducta.
El TDAH no es capaz de utilizar las experiencias de otros para aprender, si miramos al pasado para aprender para el futuro, tomamos conciencia del tiempo. El TDAH no tiene conciencia de tiempo, no se maneja adecuadamente con el tiempo, los problemas con la gerencia y organización del tiempo son típicos de los adolescentes y adultos con el trastorno. No pueden ver a través del tiempo, miopía hacia el futuro, viven el momento.
Retraso en el Desarrollo del lenguaje interno (la voz de la mente). El desarrollo del lenguaje interno: hasta los 3 años es un lenguaje hacia los demás; de 3 a 5 años hablan en voz alta pero para ellos (para uno); de 5 a 7 años hablan en voz baja (mueven los labios, solo partes del discurso (ah!, si…, no…); empiezan a pasar de la descripción de los hechos a las Instrucciones, empieza la conducta verbal privada, hablas contigo mismo, el autohabla. La investigación ha estado sugiriendo últimamente que los niños con TDAH presentan un retraso en el desarrollo de la lengua interna, la voz privada dentro uno mismo lo que empleamos para conversar con nosotros mismos y, dirige y planifica nuestro propio comportamiento. Este discurso privado es absolutamente esencial para el desarrollo normal del autocontrol, de la reflexión, y de la autorregulación. El retraso en las personas con TDAH contribuye a que tengan problemas significativos con su capacidad de seguir las reglas e instrucciones, para leer y para seguir direcciones cuidadosamente, para seguir sus propios planes, reglas, lo mismo ocurre para actuar en función de principios legales o morales. Cuando está combinado con sus dificultades con la memoria de trabajo, este problema con el hablarse a uno mismo o el discurso privado da lugar a menudo a interferencias significativas con la comprensión de la lectura, especialmente de las tareas de lectura compleja, sin interés o prolongadas.
Los niños y los adultos con TDAH tienen a menudo problemas para inhibir sus reacciones emocionales a los acontecimientos así como lo hacen otras personas de su edad. No es que las emociones que experimentan sean inadecuadas, pero es más probable que manifiesten en público esas emociones que experimentan, más que los demás de su misma edad. Parecen menos capaces para “internalizar” sus sensaciones, guardarlas para sí mismos para moderarlas como lo hacen los otros. Por lo tanto, es más probable parecer ante los demás como emocionalmente más inmaduros, más reactivos con sus sensaciones, más exaltados, poco moderados y más fácilmente frustrados por los acontecimientos. Junto con este problema de la regulación de la emoción, está la dificultad que tienen en la generación de la motivación intrínseca para las tareas que no tienen ninguna rentabilidad inmediata.
Esta falta de regulación de las emociones o la incapacidad para guardarlas para sí mismos, la incapacidad para la automotivación, hace a menudo que parezca que carecen de autodisciplina pues no pueden realizar ni permanecer en aquellas tareas que no les proporcionan la recompensa, el estímulo, o el interés inmediato. Su motivación sigue siendo dependiente del ambiente, de los demás, de la recompensa inmediata, mientras que otros desarrollan una capacidad intrínseca para motivarse en ausencia de recompensas inmediatas o de otras consecuencias. También se relaciona con estas dificultades en la regulación de la emoción y la motivación, el de regular su nivel general del despertar para resolver demandas circunstanciales, el hallazgo de que el TDAH es difícil de activar o de despertarse para iniciar el trabajo que se debe hacer, se quejan a menudo de que no permanecen alerta, sobre todo en situaciones aburridas, y con frecuencia parece estar “en las nubes” cuando deben estar más alerta, enfocados, y enganchados activamente a una tarea.
A menudo tenemos que realizar actividades meta-dirigidas, a menudo nos vamos encontrar con obstáculos para lograr los objetivos. En ese momento, los individuos deben ser capaces de generar rápidamente par sí mismos una variedad de opciones y analizar los resultados respectivos de cada opción, y de seleccionar entre ellos, los que parezcan más efectivos, en función de la experiencia propia o la de otros, para superar el obstáculo, y así pueden continuar hacia su meta. Las personas con TDAH encuentran esos obstáculos a sus metas pero les resulta muy difícil superarlos, a menudo van directos hacia sus metas, no ven los obstáculos y se dan de narices con ellos y no se toman el tiempo necesario para pensar en diferentes opciones que podrían ayudarles a tener éxito para conseguir su meta. Así pueden parecer menos flexibles en las situaciones en las que hay que resolver un problema, es más que probable que respondan automáticamente o en impulso, y así que son menos creativos para generar opciones para la superación de los obstáculos para conseguir sus metas que otras personas.
Estos problemas pueden incluso ser evidentes en el discurso y en la escritura de los TDAH, son menos capaces de organizar sus ideas y pensamientos para poder dar una explicación coherente. Y no pueden planificar rápidamente sus acciones o ideas en una cadena de respuestas ya sean verbales o conductuales para lograr con eficacia la meta que se quiere conseguir.
Es típico de los TDAH, especialmente los subtipos asociados a comportamiento
impulsivo, una variabilidad substancial a lo largo del tiempo en el
funcionamiento de su trabajo. Estas grandes oscilaciones se pueden encontrar en
la calidad, la cantidad, e incluso la velocidad de su trabajo, no pudiendo
mantener un patrón relativamente uniforme de la productividad y de la exactitud
en su trabajo a partir de un determinado momento o de un día para otro. Tal
variabilidad está desconcertando a menudo a las personas que trabajan con ellos
(padres, profesores…) pues está claro que en algunas ocasiones, la persona con
TDAH puede terminar su trabajo rápidamente y correctamente mientras que otras
utiliza mucho tiempo, sus tareas están mal realizadas, inexactas, y absolutamente
irregularmente. De hecho, algunos investigadores ven este patrón de alta
variabilidad en la realización de actividades un sello del trastorno y pueden
estar relacionadas con la inhibición y la inatención descrita anteriormente.
El TDAH supone un retraso en el neurodesarrollo. Siempre van por detrás entre
un 25% y un 45%. Un niño de 9 años tiene un autocontrol de entre 3 y 6 años.
No pueden organizar su mente.
No puede hacer lo que hacen los niños de su edad, aunque lo saben hacer. El
problema es que pretendemos que se comporten como niños ordinarios o normales.
Parte posterior del cerebro es el cerebro que sabe, la parte frontal del
cerebro es para utilizar lo que se sabe. En el TDAH existe una desconexión
entre estas dos partes. Son personas que saben lo mismo que los demás, el
problemas está en hacer lo que saben hacer, “sabiendo lo que tiene que hacer,
no lo sabe hacer”.
Es un problema de rendimiento de la actuación, el momento de la vida en la que
has de hacer algo.
Si no hay consecuencias externas, no van a ser capaces.
El TDAH es un problema de salida de información.
Las técnicas conductuales sirven para motivarlos, no para enseñarlos.
La información mental, el tiempo, la resolución de problemas, buscar estrategias para tratar de sacarlo del plano mental y hacerlo físico que lo puedan ver, tocar...
1. Memoria de trabajo no verbal: Son las imágenes visuales del pasado que utilizamos en nuestra mente para guiarnos. Desarrollo entre los 3 meses y los 10 años. Es el mirar hacia atrás. “El ojo de la mente”.
2. Memoria de trabajo no verbal: Hablarnos a nosotros mismos en la mente. “La voz de la mente”. De 9 a 12 años, se inhibe el sistema periférico muscular, voz totalmente privada, por eso hablan en voz alta en vez de pensar.
3. Auto motivación: Manejo de las emociones “El corazón de la mente”. No controlan emociones.
4. Resolución de problemas: Desarrollo de posibles soluciones “El terreno de juego de la mente”. No planifican.
problemas de comportamiento, son más inquietos que los otros niños, se levantan más veces de la silla, parecen que pegan más, pueden tener más problemas a la hora de relacionarse con los demás, actúan más impulsivamente que los demás, cambian más veces de juego o de actividad.
Rendimiento por debajo de sus posibilidades; el esfuerzo no se corresponde con los resultados obtenidos, no necesariamente fracaso escolar; “niño con posibilidades que no llega”; problemas de conducta; dificultades en las relaciones con sus compañeros, no necesariamente aislados o no integrados en el aula; se distraen fácilmente, no prestan atención, baja autoestima.
Todo lo anterior, aunque el fracaso escolar es más probable, tonteo y/o consumo de drogas, embarazos no deseados; problemas legales, alteraciones más graves de la conducta; dificultad para llevar a cabo cualquier proyecto.
El TDAH se ha considerado durante mucho tiempo un trastorno propio de la infancia y de la adolescencia, pero los síntomas y el impacto funcional del TDAH no siempre desaparecen al pasar a la edad adulta y el trastorno puede persistir en más del 50% de los casos.